lunes, 2 de junio de 2014

CAPITULO 5 PASION DE UN SAYAYIN


CAPITULO 5 PASION DE UN SAYAYIN
El príncipe Vegeta nunca antes había estado con una mujer. No por falta de una porque adonde quiera que iban sobraban candidatas, ya sea voluntarias o por la fuerza ya que Raditz y Nappa cuando sentían la urgencia de satisfacer sus deseos se enredaban con cuanta mujer fuese posible.
El príncipe nunca fue participe de eso ya que para él, ceder ante sus instintos era bajo y peor aun no lo haría con cualquiera. Para él, todo era guerra y destrucción así que omitió esos deseos para no ser débil.
Vegeta no ignoraba que tarde o temprano esos deseos terminarían por dominarlo pues todos los sayayines llegada su hora sentían el deseo de aparearse. En la cultura sayayin los sayayines podían aparearse con cuantas mujeres fuese posible siempre y cuando no sintieran ningún sentimiento hacia ellas. Pero una vez que el sayayin sintiera amor por esa mujer y ella le correspondía, esa mujer seria su pareja para toda la vida porque él ya no sentiría ningún deseo por otras mujeres. La mayoría de sayayines optaban por no amar a ninguna sayayina y solo saciar sus necesidades, pues amar a alguien los hacia débiles ante su oponente. Sabían que si algo le pasaba a su pareja ellos ya nunca serían los mismos. Pero por otro lado al optar por esa práctica de soledad nunca se sentían completos siempre sentían que algo les faltaba -Amor se llamaba
El padre de Vegeta el gran rey había estado unido a la madre de Vegeta por ese vínculo de amor pero una vez muerta la madre de Vegeta. Decidió tener un harén con sayayinas que se dedicaran a satisfacer sus necesidades, él no sentía ninguna clase de afectos hacia ellas. El rey se sentía incompleto siempre, ninguna sayayina podía llenar el vacío de su pareja- la Reina. Mientras la reina estaba con vida él solo tuvo ojos para ella. No tomo muy buenas decisiones después de que la reina ya no estaba a su lado, no podía pensar con claridad.
Vegeta se quedó un poco perturbado por lo que acababa de suceder *porque no sentí el deseo de matarla?, porque hice lo que hice?, soy un estúpido debilucho, en primer lugar nunca debí dejar que esa mujer me hablara así, la debí de haber puesto en su lugar desde un principio* *¿Por qué estar tan cerca de ella me irrita?* Mi único objetivo en la vida debe de ser convertirme en el más fuerte del universo, no tengo tiempo para estas estupideces* se decía a si mismo pero en realidad ya eran dos veces que él había actuado de manera extraña frente a ella. Sentía algo extraño que lo consumía – Lujuria se llamaba.
El siguiente día Bulma estaba decidida a no volver a ver a Vegeta porque estaba consiente que estando frente a él ella era frágil, se sentía tan atraída a él y ella tenía que evitar eso.
Se la paso en el laboratorio trabajando en un nuevo proyecto, ya no quería salir ni a comer por temor de coincidir con Vegeta, pero a la misma vez extrañaba verlo.
Así paso una semana Vegeta concentrado en entrenar, Bulma enfocada en sus proyectos y les habría funcionado hasta que algo paso:
Una nueva explosión en la cámara de gravedad, Vegeta había alcanzado ya los 500 grados de gravedad pero él había querido incrementarla a los 600 grados. La cámara de gravedad se sobrecalentó pues no estaba diseñada para tanta presión y por segunda vez esta exploto.
Vegeta quedó nuevamente entre los escombros, Bulma tan pronto escucho la explosión corrió temiendo lo peor, la Sra Brief y el Dr brief tan bien llegaron al lugar de la explosión. Vegeta estaba inconsciente entre los tres y con ayuda de invenciones del Dr Brief llevaron nuevamente a Vegeta a la enfermería.
Bulma se había prometido así misma no volver a cuidar de Vegeta, a no mostrar interés en él nunca más, sin saber que más rápido de lo que canta un gallo se tendría que tragar esas palabras.
Bulma una vez más se encontraba mirando al hermoso sayayin como ella le decía secretamente en sus momentos de vulnerabilidad. Solo que en esta ocasión era diferente porque ella ya había probado el sabor de sus labios. Algo que la perturbaba a un más- la memoria de aquel beso. Nuevamente lo cuido al extremo, se olvidó de sí misma para dedicarse a él.
Vegeta abrió los ojos una vez más y sintió un déjá vu, estaba tan cansado y adolorido que intento levantarse y no pudo, sus piernas habían sufrido casi todo el golpe. Eran las doce de la noche y se quedó mirando por un momento a Bulma. Que estaba acariciando su frente.
Vegeta tenía fiebre, fiebre que las heridas le habían causado, habia estado delirante toda la noche y no pudo resistirse a las caricias de la ojos azules. Ella le acariciaba la frente mientras le decía que todo iba a estar bien.
Vegeta quiso levantarse, pero no pudo, y no pudo negar que las palabras de Bulma le estaban causando un impacto, sentía una sensación de calidez que nunca antes había experimentado. No pudo hablar y se volvió a quedar dormido.
A la mañana siguiente despertó y Bulma no estaba en el cuarto. Había ido a buscar algo de comer.
Vegeta se recordó de lo que había pasado en la madrugada.
Bulma llegó y al verlo con los ojos abiertos le sonrió.
Bulma: veo que estas despierto ¿Cómo te sientes?
Vegeta: me sentía mejor antes de que llegaras, le dijo queriendo sonar prepotente
Bulma: tú no puedes aceptar un poquito de amabilidad ¿verdad? siempre ¿eres así, de grosero?
Vegeta: ¿porque haces esto? ¿Porque me ayudas? ¿Que no tienes dignidad? ¿que no entiendes que te detesto? No soporto que estés cerca de mí, ¿porque eres muy estúpida?, detesto que haya personas a mí alrededor.
Bulma se sintió ofendida por sus palabras, sabes no lo hago por ti, lo hago porque tú le ayudaras a Goku a derrotar a los androides y sabes una cosa. Tu nunca besarías a alguien que detestas ¿verdad? Ahh y si besas a una estúpida ¿eso a ti en que te convierte? Le dijo ella en tono burlón
Vegeta se sonrojo por ese comentario
Vegeta: no te soporto. Y volvió su cabeza hacia otro lado
Por un día más Vegeta estuvo en cama sin poderse levantar, Bulma le trajo comida, como tenía las manos vendadas le dio de comer como a un bebe, le cambio las vendas
Vegeta podía sentir su olor, aunque no hacía más que ofenderla, Bulma no parecía conmovida por sus palabras, parecía que ya se había acostumbrado, además ella tampoco se quedaba callada.
Vegeta por su parte no podía negar que se sentía bien cuando ella estaba cerca cuidando de él.
Pero eso nunca lo iba a reconocer.
Bulma se quedaba con él leyendole un libro hasta que Vegeta se quedaba dormido. Le contaba historias como a un bebe lo que él odiaba pero como estaba sin poder moverse no le quedaba de otra que soportar que ella lo tratase asi.
Así pasó otra semana
Bulma: Buenas noches Vegeta duerme bien
Bulma le dio un beso en la frente, Vegeta se sorprendió
Ella solo sonrió. Y como él se lo había pedido esa noche ella no se quedaría con él
De hecho Vegeta se lo había pedido todas las noches, que se fuera y lo dejara solo pero ella nunca hacia caso. Pero al ver que ya estaba mejor y al entender que lo incomodaba tanto decidió que lo dejaría solo.
Vegeta vio que se aproximaba a la puerta y le dijo: ¿a donde vas?
Bulma: a dormir ¿Por qué?
Vegeta: curiosidad
Pero Bulma pudo ver que en sus ojos había algo raro y entendió que él quería que se quedara pero que era muy orgulloso para reconocerlo


Bulma: sabes me quedare hasta que te duermas
Vegeta: solo me interrumpirás
Bulma: oye como sé que mi presencia te molesta, sé que harás tu mejor esfuerzo por dormirte pronto así que me quedare para que puedas descansar.
Vegeta: no dijo nada más y poco a poco se quedó dormido.
A la media noche despertó y vio a Bulma dormida en la silla nuevamente, no se había ido como ella había dicho que lo haría tan pronto y él se durmiera.
Vegeta ya estaba mucho mejor y se levantó. Sabía qué hacía ya semanas que Bulma lo había estado cuidando y que no había estado durmiendo bien, así que la cargo en sus brazos hacia su habitación. Cuando la estaba poniendo en la cama Bulma despertó. Y quiso gritar. Vegeta le tapó la boca.
Vegeta: despertaras a tus padres
Bulma estaba en shock de ver a Vegeta levantado
La luna estaba llena, eran las doce de la noche Bulma Y vegeta se vieron por un instante Bulma acaricio la cara del sayayin y aun sorprendida le dijo:
- estas bien no lo puedo creer y lo abrazo
Bulma y Vegeta estaban todavía en la cama
Bulma quería abrazarlo y besarlo
Vegeta por su parte tenía una mirada de deseo que no podía esconder
En esas milésimas de segundos ambos tuvieron que hacer un esfuerzo colosal para no ceder ante la pasión que sentían en sus adentros. Vegeta se separó del abrazo
Vegeta dejo la habitación y Bulma no dijo nada.

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